Dr. Manuel Penso: "A pesar de que Venezuela fue el primer país del mundo en erradicar la malaria, hoy nuevamente por la situación precaria de salud, vuelve a aparecer esta enfermedad"
Una conversación de corazón a
corazón, solo puede darse con una persona muy querida o con un cirujano
cardiovascular, cuando se tienen ambas, es una gran suerte, y allí entonces si
podemos hablar «A corazón abierto»
Es así como disfruto una conversación
interrumpida por la distancia y por la tecnología, pero que entre trozos y
trozos hemos logrado armar una historia llena de años, de cuentos, anécdotas y
de nostalgia, claro que sí, de un hombre
que ha sido para Venezuela, honra de muchas generaciones, Manuel Penso, el
médico que con su equipo hizo el primer trasplante de corazón en el país,
también fue el primero en hacer trasplante de riñón. Después de él, nadie más
ha hecho trasplantes de corazón en Venezuela.
Tuve la suerte de conocer al Dr.
Penso en medio de una de las tantas campañas electorales que hemos tenido y cuando
lo vi un día –parado como quién espera a alguien- en el Comando, sin saber
quién era él, le pregunté que si lo podía ayudar en algo, y de manera muy
determinante me dijo: «Soy yo quien
viene a ayudar» a partir de ese momento, y acostumbrada más a escuchar
pedidos que otra cosa, comenzamos una aventura electoral de ayuda mutua, donde
cada uno hacía lo propio.
Preocupado —desde entonces— por
la situación del país, que ya asomaba la tragedia que hoy vivimos, soñaba con
trabajar GRATIS para cualquier institución de la salud, se proponía como pieza
«ad honorem» y a disposición de Venezuela toda. Hablaba entonces de hacer una
auditoría administrativa para conocer el descalabro del sistema de salud; hoy
nuevamente, a sus 80 años, insiste más que nunca en la necesidad de conocer esa
realidad económica y establecer responsabilidades, porque el capital más
valioso de una sociedad es su capital humano, por eso hay que mantenerlo
saludable, para que sea productivo y generarle un ambiente de seguridad y estabilidad para que pueda
prosperar.
Su preocupación por Venezuela la
destila en cada palabra, en cada recuerdo, su pasión por la medicina le hizo
prometer a uno de sus grandes maestros brasileros —durante un Congreso en Brasil, al profesor Cervini— que haría su primer trasplante y esa promesa
fue una realidad, en la humanidad de
Víctor Bejarano en octubre de 1987, quien sobrevivió 10 años y no le
falló su corazón, murió de una infección
pulmonar. Este evento tuvo resonancia Continental por el avance de la
excelencia de la medicina en Venezuela.
¿Cómo es que usted decide hacer trasplantes en aquella Venezuela de los
80?
—Yo no creí que íbamos a hacer
trasplantes en Venezuela, pero en pleno entierro de mi madre, se acercó un
médico del Seguro Social y me entregó una carta donde me nombraban director del
Pérez Carreño, para ocuparme solo de la parte médica, dije que no iba a firmar
ni un cheque, porque la parte administrativa no me interesaba, y así se me presentó la oportunidad de abrir
el servicio cardiovascular en ese hospital. Teníamos 4 servicios de cirugía y el
mismo número de traumatología. Había que cerrar uno de traumatología y vi el
ambiente propicio, en espacio y en formación de recurso humano para empezar a
trabajar el servicio de cirugía cardiovascular. Tomé el ambiente físico, pero
necesitaba una sala de recuperación especial para los trasplantados. Para entonces, el Presidente mandó a decir que en el hospital no se podía
tumbar ni una piedra. Logramos, en un fin de semana, hacer una habitación
grande y que se compraron aparatos para hacer cirugías. Así comenzamos.
Mucho antes, durante sus estudios en Brasil con el Prof.
Cervini, el Dr. Penso había comenzado a
trabajar con animales, y desde aquel momento, quiso prepararse para hacer trasplantes,
sin embargo, no pensó nunca que podría hacerlo en Venezuela.
En Brasil estaban listos para
hacer ese primer trasplante, sin embargo la ley allá no lo permitía, porque el corazón
creían que también moría. Pero fue Brasil, el primer país en Latinoamérica que
hizo un trasplante.
Con ganas de irme al pasado, tal
vez para comparar, le pregunto ¿Cómo era
la situación del país cuando usted hace la primera operación de corazón?
—Mucha dedicación, mucho trabajo.
Llegar al trasplante significó trabajar muy duro, nunca se pensó que pudiéramos
hacerlo, para ello se necesitaban muchas cosas, además de equipos, médicos y
espacios físicos, mística, y encontrar un donante, esto último tal vez era lo
más difícil. Así como un paciente a trasplantar que viviera en un ambiente
físico adecuado, en buenas condiciones, con una familia capaz de cuidarlo. Todo
eso teníamos que preverlo, y así fue.
«A partir de ese momento y en 5
años, entre el 87 y el 91 realizamos 7 trasplantes en el Pérez Carreño, más
tarde hicimos 3 en la Clínica Ávila. No era fácil, porque los médicos teníamos
que buscar, gestionar lo que necesitábamos para trabajar, pero ya ves que
pudimos hacerlo, además cuando yo me empeño, me empeño»

Sin embargo, la falta de
material, equipos, hizo que no se continuara con ese impulso que describe Manuel Penso. Años
más tarde, vuelve al Pérez Carreño, a
reactivar el servicio cardiovascular, que hasta entonces se ocupaba solo de
operaciones de várices, esta vez lo hace Ad Honorem. Y Cuenta: «Me llamaron a
una reunión con el Ministerio de Sanidad y la
condición que imponía el Ministerio para reabrir el servicio
Cardiovascular es que teníamos que tener un récord de al menos 100 operaciones
por año, creo que porque nunca pensaron que yo podía operar a 100 pacientes al
año y sobrepasamos la meta en 2001» Así volvió Penso y creó nuevamente un
equipo. Hasta que poco tiempo después la política entró en el tema y la sala de
conferencias de los médicos la convirtieron en una sede, de lo que hoy es el
PSUV.
¿Cómo ve el futuro de la medicina en el país?
«Hay que profundizar en procesos
de descentralización, prestar servicio de salud de primera calidad haciendo
énfasis en la prevención, en mejorar los servicios básicos de cloacas, agua
potable etc. con el fin de disminuir enfermedades como el dengue, que ha ido en
aumento en un 20% anual, las enfermedades infectocontagiosas, la Malaria en especial en el sur del país, Venezuela
fue el primer país en el mundo que erradicó esta enfermedad; la desnutrición como
resultado de la pobreza crítica.
«Se debe proceder a la
reestructuración de la parte asistencial, comenzando por la organización de una
red primaria de atención las 24 horas, con centros distribuidos por zona y por
número de habitantes, en los que se deben atender en primera instancia, para en caso de ser
necesario, ser enviados a centros de segundo nivel en los que se contaría con mayor equipamiento
para el diagnóstico y/o tratamiento o a los hospitales de tercer nivel.
Y llegaron los cubanos…
¿Y no es esto Barrio Adentro, lo que usted describe?
«Barrio adentro» como concepto, es
bueno, es justamente esa atención primaria, sin embargo este programa nunca
tuvo calidad»
—La red de atención primaria
podría funcionar en los centros ambulatorios ya existentes tanto del Ministerio
de Sanidad, como del I.V.S.S. utilizando además los módulos de los barrios que
se dedicarían no solo a la atención médica sino también a impulsar y promover
la prevención. Estos centros serían atendidos por los médicos recién graduados
que deben cumplir con la pasantía rural.
Hoy Venezuela tiene el corazón partío
Es lamentable cuando revisamos las
altas cifras de médicos que han tenido que salir del país y ahora ofrecen sus
conocimientos en otras tierras, cuando vemos que no solo los hospitales no
cuentan con las normas mínimas de salubridad, vemos a niños recién nacidos en
cajas de cartón y no hay medicinas ni para curar una gripe. El Dr. Penso habla
y habla sin parar de todo lo que habría que hacer en el país, desde hace años
se ofrece como voluntario para ayudar, ese tal vez sea su sueño más
significativo, como hombre sencillo que es.
Mantiene aún recuerdos de sus
pacientes y lleva consigo un crucifijo que usa a diario y bendice sus manos, regalo de una
mujer trasplantada.
A manera de reflexión y de
recuento, él mismo se pregunta, ¿Cuántos pacientes han fallecido por falta de
atención? ¿A quién se debe
responsabilizar? ¿Cuál es la deuda
que mantienen los sectores que retienen las cotizaciones de los
empleados, siendo bien conocido que el principal deudor es el ESTADO? ¿En qué
se han dilapidado los fondos de
pensiones y jubilaciones? ¿Además existe una deuda multimillonaria con las casas distribuidoras de material y equipos? Y en medio de esta crisis mantiene
la esperanza de hacer una entrega al país.
Se pregunta cómo puede haber
salud si vives en un barrio con calles de tierra. «Hemos involucionado hasta
llegar al primitivismo»
Recuerda a su equipo por la
excelencia, la dedicación y destaca el nombre de Basil Kalvadij, su primer
ayudante, quien lamentablemente, hoy tampoco está en Venezuela.
Manuel Penso, con un extenso
curriculum, formado en nuestra Universidad Central de Venezuela con estudios de
Post Grado en Brasil y Estados Unidos, nos honra como país y nos ofrece la
esperanza de que con mística y ganas de hacer las cosas, si podemos llegar a la
excelencia y poner nuestro nombre en alto.
Conciencia, calidad, dedicación, formación de
equipo y competencia, son algunos de los legados que nos deja este médico
cirujano cardiovascular que hoy honra a Venezuela y al Continente con su vida.
Manuel Penso, gracias!